Huanta, enlutada, conmemora

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Mientras el 3 de agosto en Lima, se conocía y condenaba el atentado en San José de Seccse, capital del distrito de Santillana; a escasos kilómetros de allí, el día del ataque, se realizaba una ceremonia solemne en el Municipio Provincial de Huanta donde el Consejo de Reparaciones entregó certificados a las familias de las víctimas Constantino Yáñez Huincho y Jorge de la Cruz Quispe, dos de los seis evangelistas asesinados hace 25 años en Callqui, en el peor momento del terrorismo.

Durante los días siguientes, en Huanta y en Huamanga, mientras participaba en diversas actividades en torno a la memoria, y tras haber expresado solidaridad y condolocencias a los deudos; el ‘atentado narco-senderista’ puesto en primera plana en los diarios limeños, no parecía corresponder al ánimo parroquiano, muy poco interesado en tales interpretaciones.

Al día siguiente, domingo 2 de agosto, se develaba una placa por todos los desaparecidos y ejecutados en el Estadio Municipal de Huanta, hubo Festival por la Memoria, se celebraron dos misas, una romería, se inauguró un Mural en memoria de Jaime Ayala en el mismo lugar donde fue visto por última vez, una feria informativa, hubo danzantes huancavelicanos visitantes, participaron familias de víctimas de muchas comunidades cercanas, autoridades e invitados… salvo las condolencias, nadie hablaba del ‘atentado’.

Todavía escuchando ruidos de helicóptero, en Huamanga, el lunes 3 de agosto se dio inicio al Seminario Internacional "Memoria, Género y Etnicidad en los Andes" organizado el CEHRA en la UNSCH (del que daremos cuenta más adelante); mientras que durante toda la semana, voluntarios hacían colecta en las calles, comercios y oficinas, buscando solidaridad para construir un camposanto en el que reposarán, este 29 de agosto, los 92 cadáveres exhumados de la comunidad de Rodeo, PUTIS, Santillana, en el mismo distrito donde ocurrió el atentado.

Cuando a punta de insistencia, inquirí por qué tanto silencio en las calles ayacuchanas sobre el atentado, la respuesta de mi entrevistado fue categórica: “Bastaría con mirar cuántos grifos de kerosene existen en nuestras comunidades, donde no se cocina con kerosene, para comenzar a entender de qué se trata”.

AQUÍ una crónica plena de imágenes, de ésas que no salen en las primeras planas de Lima… pero antes, dos lecturas que dicen mucho, más y mejor que yo por supuesto, y que dialogan con esta nota:
  • De la “PISCITUMNA” a un CAMPOSANTO de Renzo Aroni, Historiador, en Revista Ideele 194, quien termina diciéndonos: "Será una fecha de conmemoración en la que podremos regocijarnos y construir memorias para la reconciliación social y, con ello, contribuir a la restitución del tejido social. ¡Acompañemos a cerrar un capítulo de la memoria de Putis!"; y

  • El otro museo de Susana Villarán en su blog, quien nos recuerda una iniciativa que no se concretó y bien puede retomarse: “Un museo en el que se conservaran y mostrasen los archivos de las Comisiones Waisman y Herrera en los que se encierra la verdad de la podredumbre de un sistema político y económico que le costó al país 4,000 millones de dólares (…) Un espacio para diversas iniciativas educativas sobre la transparencia, la probidad, la lucha decidida contra toda forma de apropiación privada de lo público y la cultura de la tolerancia a la corrupción.

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1 comentario:

  1. aun mi familia no supera la muerte injusta de mi tio jose bermudo gutierrez,yo como su sobrina espero k la justicia llegue tanto como para todas las personas k perdieron sus familiares

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