Mientras en su mensaje de fiestas patrias, Alan García optó por el silencio frente a demandas alcanzadas, expectativas expresadas, marchas efectuadas y cartas entregadas, el Cardenal Juan Luis Cipriani tuvo a su cargo la elaboración del discurso: “¡Qué peligroso es que la memoria de un país pueda quedar envenenada por el odio, por la venganza, por la desilusión, por las falsas esperanzas, por mentiras arraigadas! Es necesaria una renovación y una purificación de nuestra memoria”.
Si bien no sorprende ni lo uno ni lo otro, conviene señalar que ambos mensajes –entre otras cosas–, agravan la frustración de cientos de miles de víctimas a las que el propio Presidente prometió reparaciones individuales hace dos años, en Huanta, Ayacucho. Organizaciones regionales y nacionales continuarán ejerciendo presión para su cumplimiento.
Lo que resultó revelador fue que un día antes, Mario Vargas Llosa, presidente de la Comisión del Museo de la Memoria celebraba la noticia llegada desde Lima, el futuro Museo de la Memoria de Perú ya tenía un sitio en la capital: el céntrico Campo de Marte. La historia del nacimiento de este proyecto es rocambolesca dice el reportaje del diario El País titulado el Perú consagra su memoria histórica. El escritor se explaya sobre el museo y concluye diciendo “la civilización es una película que se quiebra fácilmente, por eso son necesarios museos de la memoria".
A su vez, Monseñor Luis Bambarén, integrante de la Comisión, adelanta que el Museo de la Memoria sería subterráneo para no afectar paisaje del Campo de Marte. “Es una opción prioritaria, es la primera que escogimos. Ya se hicieron todas las coordinaciones con el alcalde. No se tocaría para nada el Campo de Marte, porque el museo sería subterráneo. Se protegería todas las áreas verdes, los árboles...”
¿Se trata del proyecto integral de la Alameda de la Memoria trabajado desde el año 2005 o es otro Proyecto? Esperamos conocer pronto las propuestas de la Comisión para celebrar buenas nuevas.
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